14 febrero 2010

La Verdadera Historia de Cupido

Agosto,2009…
No está el mundo hecho para las románticas que asfaltan sus pulmones aspirando el humo de los cigarros. Una vez más sin trabajo, sin ganas de buscarlo y mucho menos de encontrarlo, me dirijo como cada día a la escuela y trato y trato de pensar que puedo hacer para ganar dinero extra por que hasta ahora no conozco a nadie que se alimente de aire.
En la puerta un cartel, prohibido fumar, a lo que viene a decir: “acábese su cigarro en la banqueta mientras se termina ese apestoso cigarro, pero más educado…”. Tuve que hacer caso a esa segunda lectura del cartel, y me esperé hasta consumirlo o que el tabaco me consuma a mí, lo que ocurra primero, y al terminarlo, encendí otro porque aún no tenía ganas de entrar. Mientras tanto, por esa puerta se veía un ir y venir de caras desconocidas (-al menos para mi- que soy verdaderamente anti social),sí, por fin una cara conocida!!!. Cupido, amigo mío desde mi infancia, y que tantas historias tan románticas y melosas me contaba al oído para que yo las viviera. Nos dimos un fuerte abrazo como dos hermanos que hace tiempo no se veían, y así era, casi no nos vemos desde que renuncié a enamorarme, desde la última vez que me enamoré. Estaba vestido de corbata y traje, muy lejos de la imagen desnuda que tuvo en tiempos pasados. Me invitó a tomar café y acepté, la escuela me prometió que no se movería de allí.
Llegamos a un pequeño café y nos sentamos en una esquina, en unos sillones de forma abstracta, café para dos porfavor. Cuéntame Cupido qué es de tu vida. No te voy a engañar, sonaron sus palabras tristes y melancólicas, casi tan amargas como el café que estábamos tomando, estoy en shock, en paro, ¿no me ves? , el amor se ha acabado, ya nadie se fija en las personas, sólo en los cuerpos, en el deseo sexual, las parejas ya se forman y se juntan solo para alimentar ese deseo, el amor se ha roto con el paso del tiempo, el sentido de las cosas se pierden. Dímelo a mí, interrumpí, ya nadie quiere romanticismo, sino ganar y ganar dinero.
En ese mismo instante, vimos un cartel en el que solicitaban una persona para atender, con promesas de altos ingresos, preguntamos y nos dieron el trabajo. Estábamos semitristes porque nos encontrábamos lejos de nuestra vocación real, enamorar, y semialegres porque había encontrado un trabajo que me iba a dar de comer. Nunca asistí. Pero nada nunca es malo del todo, ni los sueños se abandonan, a cada café, a cada refresco, cada ron o cada lo que se escriba una nota de amor que cupido me dictaba, para que el espíritu siguiese vivo, poco a poco, volveremos a los tiempos de antes.
Nos despedimos, fue un gusto volver a verlo. Me dejó una última nota: “No lo busques, llegará….”
14 Febrero 2010…
Gracias Cupido, cumpliste tu promesa
Gracias amor, te he encontrado.

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No Quiero Olvidar

No quiero perderme en mi mismo laberinto. Las cosas que matan, las cosas que mueren, los días que inventan, las noches que invaden. Muchas cosas que se suceden a lo largo de nuestra vida, a pesar de en muchos casos, hacernos daño o doler porque ya ese instante termino, esas cosas que a veces son lo mismo y a veces no, no queremos olvidar. Otras queremos borrarlas para siempre y están grabadas en nuestras memorias y con su recuerdo nunca deja de existir esa lágrima en la mejilla, que tampoco se olvida. Yo quiero recordar para siempre cada instante, malo, bueno. no quiero olvidar los dias, las horas, los meses, los años. No quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, que hay sonrisas con motivos para seguir sonriendo, no quiero olvidar los “porque”, ni los “como” que a diario me pregunto. No quiero olvidar que ciertas miradas con solo ver sus ojos me basta para descifrar que esta pasando, no quiero olvidar, que mi mirada dice siempre algo más. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa no siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que hay amores que duelen, amores que gozan y otros que ríen. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunas personas. No quiero abandonar los días, las caricias, los perfumes que se siguen sintiendo, los mares de llanto. No quiero algún día olvidar como me sentía en mis cumpleaños de niña, o cuando abría un regalo al lado del arbolito de navidad. No quiero perder mi expresión mirando fuegos artificiales, no quiero nunca nunca perder mi sonrisa de esos momentos. La primera vez que vi la inmensidad del mar y me sentí tan chiquitita, mis muñecas, mis inventos, mis colecciones de miles de cosas diferentes. No quiero olvidar que ame y me amaron, que amo y aman. No quiero olvidarme de que el amor, existe. Y que suele doler mucho más que el desamor en algunas oportunidades. No quiero olvidar los besos que llevo contados. No quiero olvidar mi primer te amo, mi primer adiós. No quiero olvidar los llantos de cada 31 de diciembre. No quiero olvidar las historias, los caminos, los días felices, los días tristes. Las personas que están y las que se fueron, no quiero olvidar a todas aquellas se van a ir. No quiero olvidar, no quiero perder cosas, no quiero algún día dejar de sentir, no quiero que con el paso del tiempo me olvide de disfrutar el día a día. Aquellas tardes jugando en casa. Aquellos momentos, Aquellos años. Aquellos días. Aquella vida. No quiero olvidar que de a poco todo se olvida.