26 diciembre 2010

Señor Mío

...una pieza de papel amarillento se deslizó ante los pies de un pequeño curioso.


En el papel había escrita una carta. Los años no habían sido amables con él.


El niño la tomó entre sus brazos y la observó detenidamente por un instante.


La carta decía:


Señor mío:


He elegido el presente medio para comunicarme con 
usted, porque creo que las demás alternativas a mi
disposición, podrían provocar la imposibilidad de que
me favoreciera con su clemencia, que es lo que 
pretendo con mi proceder.


Sé que mis años le resultan frágiles e inmaduros, así 
como lo súbito de la inusual circunstancia en que 
ocurrió mi entrada a su vida. No puedo ofrecer 
disculpas por ninguna de las dos, debido al capricho
de mi suerte. Sin embargo, creo oportuno dar referencias
de carácter.


Vengo de una familia de padre y madre trabajadores. 
De ellos aprendí una honestidad a toda prueba y el 
valor del trabajo, aunque el propio destino lo he 
encontrado en mi inclinación por las letras.


Mis intenciones son honorables desde que están guiadas
por un amor profundo. Sí, me atrevo tan temprano en mi 
carta a hablar de amores.


[Tinta corrida. Ilegible]


Le amo. Más allá de mis expectativas, más allá de mis 
posibilidades. Aún a pesar de mis limitaciones, aún a 
pesar de mi misma. Este hecho es mi mejor argumento,
aunque no se pueda considerar el más razonable.


He luchado sin éxito contra este sentimiento por todos 
los medios a mi alcance; medios que no supondrían 
vergüenza ni en mis padres ni en usted. Este sentimiento
no cede ni abandona. Lo he comprobado.


[Humedad. Ilegible]


Es mi voluntad llenar sus mañanas de alegrías y sus 
atardeceres de suspiros correspondidos. Vigilar su
sueño y acariciar su frente mientras duerme.
Procurarle bienestar y calma de espíritu.


Protegerlo del frío, evitarle el dolor y el penar. Que
no pase hambre, que nunca su boca conozca la sed,
y que el cansancio sólo sea... [tinta corrida] ....la 
vida hasta la médula.


¿Qué otra promesa de unión más profunda, más fiel
que la de las almas imposibilitadas a despedirse, a 
pesar de la distancia, a pesar de la adversidad?


¿Qué mas puede alguien desear para la persona
amada?


¿Qué impedimento, en limpia conciencia, puede usted
imponerle a este amor?


[Párrafo completamente ilegible]


Es por eso que suplico su comprensión, y si me es 
inalcanzable su cariño, espero que mis letras, en todos
sus renglones sinceras, le provean de tranquilidad, y le
convenzan de la pureza de mis sentimientos.


Su humilde servidora.


                                       [Pedazo arrancado de papel]




El niño miró la hoja durante unos segundos y como no sabía leer, la devolvió al
ropero de donde había salido.

No Quiero Olvidar

No quiero perderme en mi mismo laberinto. Las cosas que matan, las cosas que mueren, los días que inventan, las noches que invaden. Muchas cosas que se suceden a lo largo de nuestra vida, a pesar de en muchos casos, hacernos daño o doler porque ya ese instante termino, esas cosas que a veces son lo mismo y a veces no, no queremos olvidar. Otras queremos borrarlas para siempre y están grabadas en nuestras memorias y con su recuerdo nunca deja de existir esa lágrima en la mejilla, que tampoco se olvida. Yo quiero recordar para siempre cada instante, malo, bueno. no quiero olvidar los dias, las horas, los meses, los años. No quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, que hay sonrisas con motivos para seguir sonriendo, no quiero olvidar los “porque”, ni los “como” que a diario me pregunto. No quiero olvidar que ciertas miradas con solo ver sus ojos me basta para descifrar que esta pasando, no quiero olvidar, que mi mirada dice siempre algo más. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa no siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que hay amores que duelen, amores que gozan y otros que ríen. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunas personas. No quiero abandonar los días, las caricias, los perfumes que se siguen sintiendo, los mares de llanto. No quiero algún día olvidar como me sentía en mis cumpleaños de niña, o cuando abría un regalo al lado del arbolito de navidad. No quiero perder mi expresión mirando fuegos artificiales, no quiero nunca nunca perder mi sonrisa de esos momentos. La primera vez que vi la inmensidad del mar y me sentí tan chiquitita, mis muñecas, mis inventos, mis colecciones de miles de cosas diferentes. No quiero olvidar que ame y me amaron, que amo y aman. No quiero olvidarme de que el amor, existe. Y que suele doler mucho más que el desamor en algunas oportunidades. No quiero olvidar los besos que llevo contados. No quiero olvidar mi primer te amo, mi primer adiós. No quiero olvidar los llantos de cada 31 de diciembre. No quiero olvidar las historias, los caminos, los días felices, los días tristes. Las personas que están y las que se fueron, no quiero olvidar a todas aquellas se van a ir. No quiero olvidar, no quiero perder cosas, no quiero algún día dejar de sentir, no quiero que con el paso del tiempo me olvide de disfrutar el día a día. Aquellas tardes jugando en casa. Aquellos momentos, Aquellos años. Aquellos días. Aquella vida. No quiero olvidar que de a poco todo se olvida.