25 octubre 2010

Ayer conocí la vulnerabilidad de las personas y logré entender taaaaantas cosas...

Me mostraron un corazón en vivo y pude percibir cada latido, cada temblor y hasta ese momento comprendí que yo siempre (el mío) lo había tenido expuesto y decidí guardarlo en donde va, en su caja torácica, que para eso se creó finalmente, es en donde mejor puede estar y donde nadie puede tocarlo.

Al tener el corazón de otra persona en tus propias manos, que te lo den, que te lo ofrezcan y es mas, que te lo regalen representa una responsabilidad tremenda y me da tanto miedo!!, me di cuenta que puedo hacerlo como quiero, si te lo ponen en tus manos lo puedes apretar, picar con alfileres por la mera curiosidad que "haber que le sale", puedes voltearlo, aventarlo y hasta saltar sobre él si así lo deseas, porque parecen tan esponjoso que si votas sobre él, llegas a rebotar, ¡que maravilloso sentimiento! es como una esponja, si le das una gotita lo absorve de manera inmediata y se queda tan contento... si le pones una manguera de agua fluyente de igual forma bebe todo y hasta se le escapan lágrimas de felicidad y te dan las gracias...
Dios mio ¿que hice?...
De cualquier manera, mi corazón ya lo guardé.



No Quiero Olvidar

No quiero perderme en mi mismo laberinto. Las cosas que matan, las cosas que mueren, los días que inventan, las noches que invaden. Muchas cosas que se suceden a lo largo de nuestra vida, a pesar de en muchos casos, hacernos daño o doler porque ya ese instante termino, esas cosas que a veces son lo mismo y a veces no, no queremos olvidar. Otras queremos borrarlas para siempre y están grabadas en nuestras memorias y con su recuerdo nunca deja de existir esa lágrima en la mejilla, que tampoco se olvida. Yo quiero recordar para siempre cada instante, malo, bueno. no quiero olvidar los dias, las horas, los meses, los años. No quiero olvidar que hay mañanas que amanecen mejor, que hay sonrisas con motivos para seguir sonriendo, no quiero olvidar los “porque”, ni los “como” que a diario me pregunto. No quiero olvidar que ciertas miradas con solo ver sus ojos me basta para descifrar que esta pasando, no quiero olvidar, que mi mirada dice siempre algo más. No quiero olvidar que el mundo lo construyo yo cada minuto, y si pierdo un minuto pierdo mi mundo. No quiero olvidar que la risa no siempre es más fácil que el llanto, pero tampoco siempre es más divertida. No quiero olvidar que hay amores que duelen, amores que gozan y otros que ríen. No quiero olvidar algunos besos, algunos lugares, algunas personas. No quiero abandonar los días, las caricias, los perfumes que se siguen sintiendo, los mares de llanto. No quiero algún día olvidar como me sentía en mis cumpleaños de niña, o cuando abría un regalo al lado del arbolito de navidad. No quiero perder mi expresión mirando fuegos artificiales, no quiero nunca nunca perder mi sonrisa de esos momentos. La primera vez que vi la inmensidad del mar y me sentí tan chiquitita, mis muñecas, mis inventos, mis colecciones de miles de cosas diferentes. No quiero olvidar que ame y me amaron, que amo y aman. No quiero olvidarme de que el amor, existe. Y que suele doler mucho más que el desamor en algunas oportunidades. No quiero olvidar los besos que llevo contados. No quiero olvidar mi primer te amo, mi primer adiós. No quiero olvidar los llantos de cada 31 de diciembre. No quiero olvidar las historias, los caminos, los días felices, los días tristes. Las personas que están y las que se fueron, no quiero olvidar a todas aquellas se van a ir. No quiero olvidar, no quiero perder cosas, no quiero algún día dejar de sentir, no quiero que con el paso del tiempo me olvide de disfrutar el día a día. Aquellas tardes jugando en casa. Aquellos momentos, Aquellos años. Aquellos días. Aquella vida. No quiero olvidar que de a poco todo se olvida.